Sunday, September 21, 2014

MARATONCDMX

Ya han pasado varias semanas del Maratón de la Ciudad de Mexico, creo que no estoy recuperada todavía y por lo tanto no lo he digerido del todo, pero aquí va mi impresión de la carrera.Este es mi primer mataron oficial, aunque ya he corrido mas de 42K cuando entrenaba para un ultra maratón de 50 millas, que desgraciadamente no pude continuar con mi entrenamiento gracias a las lesiones que llevo arrastrando de hace años, esto fue totalmente diferente, mi entrenamiento empezó en mi hermoso Houston, TX en donde estaba viviendo, empecé poco a poco y sin problemas ya que tomaba una clase de yoga antes de correr y otra después, en verdad nunca me había sentido tan bien por dentro y fuera, me sirvió muchísimo, toda iba de maravilla, salía del gimnasio y me iba corriendo hacia downtown pasando por el lindo Memorial Park, disfrutando cada segundo del precioso lugar en donde estaba corriendo.



Poco tiempo después decidimos mudarnos a Mexico, con todo el ajetreo y los viajes relámpago que tuve que hacer para poder cambiarnos de país, nunca olvidé mis tenis y cada día estaba mas emocionada por mi Maratón.


Siempre había corrido a nivel del mar, Puerto Vallarta, Houston, Acapulco; todo iba de maravilla hasta que llegué a correr a la Ciudad de México. Me costó mucho trabajo, es más, llevo dos meses corriendo y se me va el aire en la subidas muy inclinadas, pero eso no me detuvo, con el apoyo de mi esposo y su empuje incansable, logré continuar y gracias al entrenamiento y disciplina, poco a poco ya pude respirar sin mareos y tanto cansancio; y rapidísimo llego el día de la carrera. La verdad no sabía que esperar y me sorprendí desde que recogí mi paquete, la emoción que uno vive cuando recoge su paquete y ves tu numero, es sensacional.



El gran día fue toda una experiencia, nervios y emoción estaban presentes esa mañana. Decidimos estacionar nuestro coche en CU y así facilitar un poco las cosas después de la carrera. Nos dirigieron a un estacionamiento del estadio Mexico 68 a unos 300 metros de la salida de los camiones, bajamos del coche y empezó a caer una lluvia ligera, nos pusimos unas bolsas de plástico para protegernos y trotamos para subir al camion. Tuvimos suerte y fuimos de los primeros en subir y no tuvimos que esperar en la lluvia. En el camino mi esposo iba platicando de todo un poco y yo escuchándolo sin hablar, lo cual es raro en mi, estaba muy concentrada y repitiéndome una y otra vez que todo saldría bien y que lo iba a disfrutar muchísimo, que había entrenado mucho, que mi nutrición había sido muy buena, que no tendría porque irme mal, y que aparte había cambiado en Mayo de modelo de tenis Newton y estaba corriendo casi con pantuflas (Motion III)  y fueron los mejores tenis que he usado en mi vida, disminuyó mi fascitis plantar en un 60%.

Llegando al Palacio de Bellas Artes había disminuido un poco la lluvia, fuimos a la famosa cola del Sanborn's, en donde me encontré a muchos amigos de Facebook, los cuales no tenia el gusto de conocer en persona, después de estar ahi por 45 minutos platicando con todos, lo cual hizo más amena la espera y los nervios se hacen menos, salimos y nos encaminamos a la salida. Dado que la lluvia había parado y estábamos a 15 minutos para arrancar, dejamos en un basurero nuestras bolsas de plástico, lo cual fue un grave error ya que empezó a llover fuertísimo poco antes de la salida. Eso no impidió la gran emoción que todos estábamos viviendo sobre todo al escuchar el Himno Nacional de mi país el cual era la primera vez que escuchaba en una carrera, ya que como les dije vivía en USA. Fue algo mágico, como si me hubieran inyectado una poción de energía, emoción y ganas de cruzar esa meta mas que siempre.

Con lluvia, frío y con todas las ganas empezamos a correr, como al KM 7 nos separamos mi esposo y yo, nos dimos un beso y quedamos de vernos en la meta, pasara lo que pasara, el camino estaba lleno de voluntarios fantásticos y gente divina que a pesar del frío y la lluvia ahí estaban. Cuando pasamos por la calle Masaryk en Polanco, dejó de llover y el clima estaba mucho más agradable, mi carrera siguió muy bien hasta que tomamos Reforma y casi al salir de esta hermosa avenida, empezaron mis dolores y todos los malestares que no quería tener, pero no voy hablar de ellos ya que seguí corriendo en verdad gracias a mis compression calves de COMPRESSPORT que son maravillosos, hasta que pasamos por un acueducto en donde yo no tenía idea en donde estábamos, sentía que nunca iba a llegar a Insurgentes que ya tenia como 20 minutos esperando ver esa calle porque sabía perfecto que ya era todo derecho. No sé cuantas veces me paré en los puestos de auxilio médico (enfermería), pero no tardaba mucho, trataba de que fueran cortas mis visitas, que por cierto todos eran muy amables, llegué a Insurgentes y ya caminaba y corría, pero al momento de caminar, los gritos de la gente apoyando eran tan fuertes que no podía seguir caminando y corría; estaban dando de todo, paletas, gomitas de dulce, galletas, coca, agua, nutella; lo que se les ocurra, era una fila infinita de gente maravillosa apoyando a todos los corredores, yo solo preguntaba si era la última, se reían de mi y me respondían con una sonrisa, claro que no, tienes cientos atrás de ti y me animaba mas a seguir corriendo. Cuando vi un restaurante abandonado al cual iba con mis papas de chiquita que se llamaba La Cava, entonces me emocione muchísimo y saqué fuerza para no parar hasta la meta, que increíble sentimiento al entrar a ese estadio, fue una experiencia maravillosa.


!Nos vemos el proximo año!

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